De repente ...

Y de repente escribes, sobre los sueños que una noche anterior, recordando ese instante inesperado que ocurrió frente a todos, esa llegada repentina, esa mirada fija y derrepente en el silencio sonó un beso, oh señor!, que simple y veloz fue la sensación, la reacción de los ojos casi desorbitados de la impresión, pero por dentro la alegria a raíz de un deseo escondido en lo profundo de su corazón, como el mayor secreto existente en sus días de sonrisa aparentadas y llantos torrenciales ocultos.